Doctor Guillermo Robayo
Médico, Pediatra, Neonatólogo e Intensivista pediatra
En agradecimiento a todos, los que fueron mis pacientes y mis alumnos, por sus grandes enseñanzas
Soy
Guillermo Robayo,
médico, pediatra, neonatólogo e intensivista pediatra, aficionado a la bioética y a la fotografía.
Mi interés al publicar esta página es la de poner en conocimiento público mis experiencias en estas artes, como si fuera un libro, además para agradecer a algunas personas que me ayudaron en mi formación: José Ignacio Hernández (en medicina), Fernando Isaza (en pediatría), Emilio José Yunis (en anomalías congénitas -malformaciones-), padre Juan de Dios Castillo (aprendí a escuchar), señor Octavio Amaya (aprendí a recibir).
Todas las fotos expuestas en esta página fueron tomadas por mí. Para la fotografía médica, solicité personalmente el consentimiento informado a los padres, incluso muchos de ellos colaboraron para la toma. Este consentimiento informado lo realicé personalmente a la antigua, es decir, verbalmente utilizando como enlace la relación médico paciente. La mayor parte de la fotografía médica está dedicada a la Neonatología, el área de la medicina a la cual dediqué la mayor parte de mi tiempo.
Uno de mis deseos como residente era tener mi propia cámara fotográfica tipo réflex con el fin de tomarle las fotos a algunos de mis pacientes e ir formando un archivo fotográfico. Para ese momento mi jefe inmediato tenía una cámara de este tipo (Pentax ME analógica), un día al entrar en su oficina me quedé mirándola y le expresé mis deseos para tener una, al enterarse de éstos, tuvo la gentileza de ofrecérmela en venta, le di las gracias pero le dije que no tenía dinero, así que me la entregó, dándome la oportunidad de pagarle en módicas cuotas o cuando reuniera el monto, así la terminé de pagar cuando hice mi primer trabajo como pediatra reemplazando a otro de mis profesores en la unidad de neonatología de la clínica San Pedro Claver, del entonces ISS.
Así inicié mi trabajo fotográfico, siempre como aficionado, en el siglo pasado el 10 de enero de 1980 tomando mi primera foto con cámara propia, el escritorio de mi jefe, en ese momento era residente II de pediatría en el hospital de San José de Bogotá.
Inicialmente, por cuestiones económicas utilizaba rollos rebobinados Kodachrome para diapositivas, los que compraba en un almacén fotográfico en el centro de Bogotá, en la calle 16 cerca de la cámara de comercio, allí mismo revelaban los rollos y me los entregaban en una sola tira. Por tanto, luego tenía el trabajo de cortar foto por foto y pegar cada una en marcos de cartón. Para que todo este proceso saliera más barato, descubrí dónde quedaba la fábrica de los marcos, la del señor Beba, allí los compraba por cientos, estaba ubicada detrás al oriente del club de suboficiales del ejército en Puente Aranda.
Para el trabajo de pegar los marcos utilizaba una plancha eléctrica, posteriormente el señor Beba fabricó una pequeña máquina para facilitar el pegado de las diapositivas a los marcos.
Para el trabajo de pegar los marcos utilizaba una plancha eléctrica, posteriormente el señor Beba fabricó una pequeña máquina para facilitar el pegado de las diapositivas a los marcos.
Con la aparición de la empresa Foto Japón para la revelación de rollos fotográficos, las diapositivas las entregaban ya montadas en los marcos inicialmente de cartón y posteriormente en marco de plástico, al principio las compraban en la fábrica del señor Beba (venían marcadas), luego con marca propia (Foto Japón), esta globalización me hizo pensar que el señor Beba quebró ya que su fábrica cerró. Así mismo ha venido sucediendo con Foto Japón, con la aparición de la fotografía digital y a las fábricas de cámaras fotográficas con la aparición de la fotografía digital con los teléfonos móviles (celulares).
Hacia el año 1988, cuando nació mi primera hija, también empecé a tomar fotografía para impresión en papel, inicialmente también utilizaba rollos rebobinados Kodacolor, pero con el paso del tiempo ya las empresas de impresión, retornaban los rollos fotográficos, bien para diapositivas o para impresión en papel por cuenta de la revelación. Las diapositivas las utilizaba para la presentación de charlas, clases o presentación de trabajos de investigación, utilizando los proyectores y carruseles Kodak.
Con el inicio del nuevo siglo y los avances en la tecnología, decidí comprar mi primera cámara digital, la cual era compacta (Nikon Coolpix 5000), sin embargo, tuve inconvenientes porque algunas fotos se me borraron de la tarjeta y no sabía cómo recuperarlas (actualmente hay programas para recuperar las fotos borradas), esta cámara se me dañó y fue necesario enviarla a Estados Unidos para su arreglo, afortunadamente por garantía, así que solo hasta 2001 pasé a la toma de fotografía digital. Con el progreso de la tecnología aparecieron las cámaras digitales tipo reflex, lo que permite el intercambio de diferentes lentes, hacia el 2010 cambié a una cámara Nikon D-5200 y posteriormente en el 2019 la permuté por una Nikon D-5600.
Durante mi trabajo profesional, para la docencia con mis residentes, fui recopilando radiografías de temas y casos especiales y logré tener un archivo radiográfico extenso, al dejar la jefatura del servicio de Neonatología, tuve que dejar mi oficina, donde reposaban calcificadas las radiografías y trasladarlas al sótano del hospital, en donde se perdió cerca del 70 por ciento de las imágenes por una inundación, desafortunadamente al cambiar de hospital de trabajo, tampoco encontré un lugar adecuado para poder guardar el archivo, así que únicamente logré guardar algunas de ellas en mi casa.
Al pensionarme uno de mis propósitos fue digitalizar tanto las radiografías como las diapositivas recolectadas durante los 35 años de mi trabajo profesional y así crear un archivo digital de las fotografías tomadas tanto en mi vida profesional como en la privada. Decidí empezar digitalizando las radiografías, para lo cual utilicé un trípode y la cámara D-5600 los lentes Nikon AF-S micro Nikkor 105 mm 1:2.8 G y el Nikon AF-S Nikkor 18-105 mm 1:3.5-5.6 G; las radiografías las sobreponía a uno de los vidrios del ventanal de mi apartamento, el resultado se podrá consultar en el apartado “imágenes diagnósticas” con más de 1,170 carpetas.
La digitalización de las diapositivas fue un poco más difícil, como autodidacta inicié la investigación de cuál sería la mejor forma de digitalizarlas, así pasé por la manera más fácil que era llevarlas a un estudio fotográfico tipo Foto Japón, allí las digitalizan con un escáner multipropósito o comprar un escáner lineal pero la calidad no era la mejor. Otra forma era comprar un escáner específico para diapositivas, muy costoso y además había que importarlo, lo que aumentaba su precio. La siguiente forma era proyectar las diapositivas sobre un telón fijo y tomarle una fotografía a la imagen proyectada, método con el cual la imagen se pixelaba, y tampoco me parecía que fuera la mejor calidad. Así que, finalmente, escogí la técnica de tomar directamente la foto a la diapositiva para lo cual necesitaba varios elementos: primero, una fuente de luz, segundo, un trípode vertical y tercero, un lente macro. La fuente de luz tuve que fabricarla, armar mi propio instrumento, compré una caja de madera de 14 x 18 cm, para poder incrustar una fuente lumínica LED conectada a la electricidad y sobre ella poner un mini soporte para la colocación de la diapositiva a fotografiar, éste lo manufacturé en cartón grueso negro, el trípode vertical ya lo tenía, tuve que desempolvarlo ya que me lo había regalado un fotógrafo, padre de una paciente en el Instituto Roosevelt, cuando era residente de cuidado intensivo. El lente que utilicé es el Nikon AF-S micro Nikkor 105 mm 1:2.8 G, que compré en parte con la ayuda de varios de mis exresidentes, para iniciar el proceso.
Antes de iniciar la toma fotográfica me fue necesario inicialmente hacer la clasificación diagnóstica y cronológica de las diapositivas, realizar la limpieza de cada diapositiva, consistente primero en soplar el polvo con un secador de cabello, luego con un copo de algodón y un pedazo de tela especial para retirar los elementos pegados (mugre y partículas de grasa), después de terminar la limpieza de todas, finalmente logré la digitalización de más de 10.000 diapositivas que se presentan en esta página en el apartado “casos clínicos” con más de 1320 carpetas.
El siguiente paso es la digitalización de todas las fotos que tenía impresas en papel, para ello me di cuenta de que era mejor tomar la fotografía sobre el negativo y posteriormente positivizarlo, en vez de tomar la foto directamente sobre el papel, ya tomé la fotografía de todos los negativos de 175 rollos de más de 36 fotografías en cada uno, de éstas posteriormente colocaré algunas, debido a que la mayor parte son de tipo familiar, no se encontrarán en el presente trabajo.
Dr. Guillermo Robayo
Médico, pediatra, neonatólogo e intensivista pediatra